TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD PARANOIDE
Criterios diagnósticos (DSM-V)
A. Desconfianza y suspicacia intensa frente a los demás, de tal manera que sus motivos se interpretan como malévolos, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro (o más) de los siguientes hechos:
1. Sospecha, sin base suficiente, de que los demás explotan, causan daño o decepcionanal individuo
2. Preocupación con dudas injustificadas acerca de la lealtad o confianza de los amigos o colegas.
3. Poca disposición a confiar en los demás debido al miedo injustificado a que la información se utilice maliciosamente en su contra.
4. Lectura encubierta de significados denigrantes o amenazadores en comentarios o actos sin malicia.
5. Rencor persistente (es decir, no olvida los insultos, injurias o desaires)
6. Percepción de ataque a su carácter o reputación que no es apreciable por los demás y disposición a reaccionar rápidamente con enfado o contraatacar.
7. Sospecha recurrente, sin justificación, respecto a la fidelidad del cónyuge o la pareja
B. No se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia, un trastorno bipolar o un trastorno depresivo con características psicóticas, u otro trastorno psicótico, y no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de otra afección médica.
Nota: Si los criterios se cumplen antes del inicio de la esquizofrenia, se añadirá “previo”, es decir, trastorno de la personalidad paranoide (previo).
Características asociadas que apoyan el diagnóstico
Son personas generalmente difíciles de llevar y con frecuencia tienen problemas en sus relaciones cercanas.
Su suspicacia y hostilidad excesivas de pueden expresar discutiéndolo todo abiertamente, mediante quejas recurrentes o con una actitud distante y aparentemente hostil.
Debido a que están hipervigilantes en busca de amenazas potenciales, pueden actuar de una manera cautelosa, secreta o maliciosa y parece que son “fríos” y faltos de sentimientos de ternura.
A pesar de que pueden parecer que son objetivos, racionales y no emocionales, muestran más a menudo un espectro de afectos lábiles, en los que predominan las expresiones hostiles, obstinadas y sarcásticas.
Su carácter combativo y suspicaz puede provocar una respuesta hostil en los demás que, a su vez, sirve para confirmar sus expectativas originales.
Debido a que carecen de confianza en los demás, tienen una necesidad excesiva de ser autosuficientes y un fuerte sentido de la autonomía.
Tienen que tener un alto grado de control con el entorno.
Suelen ser rígidos, no son capaces de colaborar y se muestran hipercríticos con los demás, a pesar de que ellos mismos tienen grandes dificultades para aceptar las críticas.
Pueden culpar a los demás de sus propios defectos.
Debido a su rapidez para el contraataque respondiendo a las amenazas que perciben a su alrededor, pueden ser litigiosos y con frecuencia se involucran en disputas legales.
Buscan confirmar sus nociones negativas preconcebidas con respecto a las personas o las situaciones que encuentran, atribuyendo motivaciones malévolas a los demás que son proyecciones de sus propios miedos.
Suelen tener fantasías ocultas grandiosas y poco realistas.
A menudo están en sintonía con aspectos del poder y del rango y tienden a desarrollar estereotipos negativos de los demás, en particular de los grupos de población distintos del propio.
Atraídos por las formulaciones simplistas del mundo, a menudo son cautelosos ante las situaciones ambiguas.
Se les puede percibir como “fanáticos” y pueden adherirse firmemente a “cultos” o a grupos de otras personas que comparten su sistema de creencias paranoide.
En general, en respuesta al estrés, pueden experimentar episodios psicóticos muy breves (con una duración de minutos a horas).
En algunos casos, el trastorno de la personalidad paranoide puede aparecer como el antecedente previo del trastorno delirante o de la esquizofrenia.
Pueden desarrollar un trastorno depresivo mayor y tienen un riesgo aumentado de padecer agorafobia y TOC.
Son frecuentes los trastornos de alcohol y otras sustancias.
Los trastornos de personalidad concomitantes más comunes son el esquizotípico, el esquizoide, el narcisista, el evitativo y el límite.
Referencia bibliográfica
Association, A. P. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. España: Editorial Médica Panamericana.
F60.0 Trastorno paranoide de la personalidad. CIE-10